La posible contaminación de las aguas de la quebrada Sira, la proliferación de malos olores y la desaparición de humedales, por la construcción de un proyecto urbanístico que se edificará en el corregimiento San Pablo Viejo, distrito de David, ha causado revuelo en los moradores de esta región.
Según los moradores, este proyecto traerá consigo, problemas relacionados al abastecimiento de agua, dado que sus depósitos del vital líquido (unos nueve pozos), emanan de venas subterráneas, del mencionado afluente. “Existen personas que dependen por completo del agua de la quebrada, y otro grupo que utilizan el agua de los pozos cuyas venas subterráneas proceden de este mismo afluente”, dijo Gilberto Lezcano presidente de la Asociación Pro Defensa de la Naturaleza de San Pablo.
Cuando los residentes señalan la contaminación se refieren a las filtraciones de líquidos que se depositarán presumiblemente, en el cauce de la quebrada Sira y la emisión de sulfuro de hidrógeno, ocasionado por la descomposición de los desechos humanos, este último con posibles implicaciones en la pérdida de la memoria temporal o por episodios, de quienes estén constantemente expuestos a dicho olor.
En Panamá estas construcciones están normadas por el Decreto Ejecutivo No. 54 del 18 de agosto de 2009, regula el trato de las aguas servidas y la construcción de instalaciones para tal fin, las cuales deben ser traspasadas al Estado. Se conoció que la empresa sólo dará mantenimiento por dos años y luego la transferirá al Estado.
“En la actualidad existen modelos muy eficientes, pero no sabemos nada en cuanto a esta materia”, comunicó Maritza Pineda, residente y educadora del sector. Explicó que el recelo de la comunidad se justifica en el desconocimiento del tipo de planta de tratamiento que se construirá y no en la planta misma.
Por otro lado, Cornelio Sánchez quien reside en el lugar, aseguró que su temor consiste en que el humedal (cerca de tres hectáreas), que se encuentra en el área de construcción podría ser eliminado, ocasionando la desaparición de la fauna y flora subacuática del sector. “Nuestra preocupación se debe a que el humedal o parte de este desaparezca, ocasionando daños irreversibles al ecosistema”, precisó.
Raúl Montenegro de la Asociación de Ambientalistas de Chiriquí, informó que al realizar un recorrido por el sector se llegó a la conclusión que el sitio, es un área de humedal con características propias de las tierras bajas, por lo cual debe ser protegido por el convenio firmado por Panamá en Ramsar, Irán, el 2 de febrero de 1971.
En una reunión celebrada el domingo 2 de septiembre de año en curso, los residentes expresaron que lamentan el poco interés de las autoridades para con este caso. Dijeron que las respuestas recibidas son apáticas y lamentables. Se conoció que algunas figuras públicas estuvieron invitadas, mas no se presentaron.