Al levantar la mirada, hacia un campo de fútbol, observé dos corredores en actividad. Me acerque. Se trataba de Franklin Morales corredor de resistencia 1,500 y 5,000 metros), quien ganó en distancia de 1,500 metros la medalla de bronce en la categoría T 13, es decir ciegos totales, el pasado año en el mes de noviembre en Honduras.
El atleta se desplazaba, de tal manera, que su discapacidad no se podía apreciar a simple vista. Morales, perdió la vista a los nueve años. ¿La consecuencia? Posible negligencia médica, según el fondista. “Cuando nací, de acuerdo a mi madre, lo hice antes de tiempo.
“Mi alumbramiento, fue para ser exactos, a los ocho meses”, replicó. Por este hecho, fue necesario colocarlo dentro de una incubadora. Expresó, que los galenos que han atendido su caso, le comunicaron que los médicos no cubrieron, correctamente sus ojos, lo cual provocó un deterioro progresivo de la visión, hasta dejarlo completamente ciego.
Desde entonces, inició su dura batalla por lograr las aspiraciones y los objetivos de movilidad social que todo muchacho de su edad tiene. A los diez años, después del fatal incidente, aprendió a manejar el sistema braille (método de lectura y escritura para personas ciegas), habilidad que le ha servido a su trayectoria estudiantil.
“Una limitante, no significa que todos los caminos estén obstruidos, ¡Sabes, yo siempre quise ser abogado!, aseguró el corredor, quien hoy cursa el cuarto año de la licenciatura en Ciencias Políticas. “Tengo la bendición de haber conocido el mundo con todos sus matices y colores, sin embargo, ahora, en las penumbras trato de imaginar los lugares por los que paso; al respirar el fresco aire, siento la sensación de estar mirando mi entorno”, expresó. Sus compañeros le han brindado el apoyo académico y moral, necesario; nos cuenta.
Señaló que para estudiar se las ha ingeniado, para no quedarse atrás. Utiliza una grabadora, para captar las explicaciones en clase; en su casa, su mamá lee los módulos y posteriormente, él los transcribe al braille, de esta forma este exitoso estudiante, ha cursado todos los niveles de forma consecutiva.
El profesor Said Gómez, el multi-medallista paralímpico, es su entrenador. El profesor Gómez, señaló la importancia de dar oportunidad a personas, con discapacidad en las distintas disciplinas y actividades laborales. “En lo personal, me siento satisfecho con el rendimiento de Franklin y al igual que él, hay otros muchachos que se están integrando al deporte.
A sus 23 años cumple diversos roles. Como atleta quiso ser velocista, pero su entrenador le vio dotes para fondista. En lo profesional, se inclina como abogado penalista defensor.
También está afiliado a una asociación que aglutina a 28 personas con diferentes tipos de discapacidad, fundada recientemente en noviembre 8 del pasado año. Este estudiante, y su estoica actitud inamovible, esperan que los empresarios respeten los acuerdos por los cuales se mandata la inclusión de personas con discapacidad a la vida laboral. “Deseo terminar pronto, mis estudios y luego trabajar, y de esta forma ayudar a mis padres que tanto apoyo me ha brindado”, replicó Morales.
Franklin vive en Santa Marta en el Distrito de Bugaba. Debido a lo distante y costoso que representa trasladarse, a la universidad, se ve obligado a quedar todo el día en el Campus. La mayor parte del tiempo, estudiando luego de terminar con sus entrenamientos. Este hombre ha aprendido a concebir las cosas más allá de lo evidente.