“Al cerrar los ojos, puedo oler el agua de mar, sentir el aire fresco de la playa y escuchar el suave alarido de las olas, tras estrellarse en la orilla de playa Pipón”, señala Gabriela Abadía, encargada de la sucursal de Bahía Motor – David, rememorando momentos de su infancia, tales que recuerda con agrado.
Abadía califica a esas vivencias, cuando toda su familia salía de paseo a este paraje ensalmador, localizado al sur de Puerto Pedregal, como uno de los hechos que marcaron su personalidad de por vida. “Allí acudíamos todos: padres, hermanos, primos, tíos y abuelos, a recoger almejas, eran en verdad momentos que fortalecían los lazos familiares, en verdadera camaradería familiar”, arguye.
Gabriela Abadía una mujer, de tradición familiar como ella misma se define, conceptualiza el éxito en tres fases. Según ella, hay que estar seguro del producto, conocerlo y sobre todo creer intrapersonalmente, en lo que se está mercadeando.
Abadía piensa que la atención personalizada, ese trato directo con las personas, es la panacea para cultivar y conservar clientes potenciales que irán jugando un papel de agentes multiplicadores, porque con el paso del tiempo, regresarán acompañados por futuros compradores, según su concepto.
Asumió el control de la sucursal Chiriquí, no sin antes laborar en ventas en otra automotriz (Panamotors) y en 1984 en lo que fue Tochisa, en donde fungió como recepcionista, secretaria y ejecutiva de ventas.
Gabriela hasta poco antes de ingresar a la empresa que hoy dirige, es decir hasta inicios de 2009 mantuvo bajo su administración uno de los restaurantes más gustados y frecuentados por nacionales y extranjeros, les hablo de La Marina, en el mismo muelle de Puerto Pedregal, un legado de su abuelita, no el restaurante, sino la pasión por la cocina, por la comida del mar.
“De pequeña, me subía sobre una banqueta, para alcanzar las ollas en donde mi abuelita cocinaba, de ella aprendí a guisar al ojo, al pulso”. Abadía, confiesa que esa pasión por las artes culinarias la impulsaron al emprender ese reto, un restaurante de comida costeña. Dijo que los primeros meses, estuvo en el lugar donde más cómoda se sentía, en la cocina, supervisando el trabajo de los chefs que trabajaban para ella.
Su trayectoria en satisfacer las exigencias de los paladares acabó en 2009, cuando una de sus amigas de la infancia, la señora Paula de Amo, la invitó a formar parte de Bahía Motors.
Para nuestro personaje de la semana, su mayor satisfacción profesional radica en la permanencia y la unión de su equipo de trabajo. En el plano personal, su familia es la base sobre la cual se ha construido toda su carrera. “Desde mis años tempranos, fui enseñada a considerar a la familia el eje motor de la sociedad, de seguro por eso las cosas han sobrevenido bien”, asevera.
Instruida por sus padres, el doctor Jorge Abadía Arias y Rosina Jované de Abadía, le ha transmitido esos preceptos familiares a los tres hijos que le ha regalado Dios, como detalló al final de la entrevista.
Gabriela Abadía, inició sus estudios en el colegio Nuestra Señora de Los Ángeles, continuó en Las Esclavas del Corazón de Jesús, en ciudad capital hasta segundo año y terminó su bachillerato en el plantel María Inmaculada. Posteriormente, ingresó a la Universidad Santa María La Antigua, donde estudió Administración de Empresas.
Actualmente, cursa el tercer año de la licenciatura en Derecho y Ciencias Políticas, en una de las universidades de la provincia.