Un hombre exitoso, es aquél que logra hacerse de una familia y mantenerla unida hasta el fin de sus días, esa es la convicción de Oscar Alfonso Jiménez Quiñones, venezolano de nacimiento, panameño por tareas laborales, y chiricano por convicción, y quien dice creer en la unidad de la familia, para lograr peldaños en la vida.
Jiménez, natural de la ciudad de Caracas, llegó a Panamá cuando en pleno apogeo de sus labores, con una cadena hotelera grande en su país, se le presentó la oportunidad de viajar a Chiriquí, a realizar una inspección en el Hotel Nacional, viéndolo como el sitio ideal para levantar su descendencia, además de ser apto para lo que el buscaba en las postrimerías de su carrera, por ello, decidió quedarse en esta provincia, de la que según dijo, ya se siente parte.
El proceso educativo de Oscar, inició en el Instituto San Lucas, un colegio de curas en la ciudad donde vivía, allí también realizó su secundaria, dos etapas escolares que se toman muy en serio por la religión católica, es muy estricta comenta, pero formal a la vez, todo el mundo quiere estudiar allí, porque es una educación de primera, todo eso lo hizo sin la mayor intensión de ser cura, aunque fue monaguillo por mucho tiempo, expresó.
Después de haber culminado la primaria y secundaria, Oscar Alfonso logra el título de licenciado en administración de empresas hoteleras en la cadena Meliá, hace aproximadamente 25 años, en esa época, la hotelería en su país no existía en las universidades, pero esa cadena hotelera, escogía unos 10 bachilleres después de una serie de exámenes, y los metía como pasantes dentro del hotel, etapa que me costó 4 o 5 años, explica.
La hotelería para don Antonio era un sueño, expresa que siempre quiso ser gerente en un hotel cinco estrellas, inclusive parte de su carrera se concentró en uno de ellos, sin embargo el sacrificio y la dedicación por la familia, esa que desea ver todos los días y que en resumen la describe como su pasión, lo hacen sentir más orgulloso de su persona, autocalificándose como un buen padre y un buen esposo.
Oscar José Jiménez Guerra, padre de Antonio, es un reconocido chef y dueño de dos restaurantes en Venezuela, comenta que la faceta empleada por su progenitor, lo impulsó a incursionar en un área similar, Oscar Alfonso recordó que al retornar del colegio en horas de la tarde, hacia de salonero en los restaurantes de su padre, actividad que iba despertando cada vez más, su pasión por la hotelería.
En el hogar de Oscar Alfonso, nunca faltaron los buenos consejos, muchos menos los valores enseñados por su madre Ana Teresa, expresa además que él como persona, nunca ha estado pendiente del éxito, ya que el simple hecho de hacer las cosas bien y sentirse bien con lo que hace, lo ayuda resumir ese punto como el amor y la entrega que se le inyecta al trabajo, añade ser un amante de los deportes, área especifica donde varios atletas de su país según comenta, se han convertido en sus ídolos favoritos.
Tras cumplir dos años y tres meses de estar en Chiriquí, Oscar Alfonso Jiménez Quiñones, se desempeña como gerente del Hotel Nacional, señala que sus colaboradores son sus ojos y sus manos, al punto que de ellos se ha ganado el respeto, logrando juntos, el éxito de tan pujante empresa.
Jiménez, habló también del turismo en la provincia, asegurando que se ha logrado mucho, gracias a la unión de este sector, sobre ese tema se está trabajando en conjunto, y creemos que vamos a lograr muchas cosas, creo que lo que falta es cultura turística dijo, por eso envió un mensaje a los chiricanos, para que mantengan la unión, y se sumen al esfuerzo de las mayorías, para seguir llevando esta provincia al sitial correcto, concluyó diciendo Antonio Oscar Alfonso Jiménez Quiñones, un profesional creyente en la unidad familiar.
El pasado sabado 17 de enero d 2015, precencie como ese señor ocaciono un accidente en los estacionamientos del Pricesmart david. Se bajo de su vehiculo gritandole e insultando a la pareja de retirados norteamericanos de almenos 80 años de edad, gritandole con falsedad que el estaba ahi esperando estacionarce (cuando en realidad el iba en reversa porque fallo al querer quitarle un estacionamiento a unas personas y tuvo que retroceder)que si no sabian usar el retrovisor, que ellos tenian que pagar los daños, todo esto aparte de mentiras, grita ndo como loco , vestia una camisa del hotel naciona. Se puso como loco a insultar y a gritar como un maniatico, inclusibe amenazando a personas como mi persona que estavamos de testigo, gritandonos que no eramos transito y demas insultos que utilizan los venezolanos, que a no le importaba que lo vieran con la camisa del hotel que a el no le podian hacer nada. Todo esto sin que nadie le gritara ni insultara, repito como loco. Por esta razon no simpatizo con con este articulo. Para nada debemos premiar a alguien que viene a nuetra ciudad a hacerlos quedar mal, porque esas personas no hablaban espanol y no saben que el no es panameño.