En medio de tiempos convulsionados por el cambio climático, la cercanía del fenómeno del Niño y el incremento en los costos de producción, investigadores y productores chiricanos recibieron el reconocimiento a su labor.
Cinco ganadores fueron electos después de un largo proceso de evaluación en las categorías que participaron, luego de demostrar que las buenas prácticas, rinden buenos resultados.
El programa impulsado por el Ministerio de Desarrollo Agropecuario, tuvo sus orígenes en los años ochenta. Desde entonces, se han entregado medallas en reconocimiento a los profesionales de las ciencias agropecuarias y a productores destacados, que a pesar de las limitantes, han aportado al engrandecimiento de este sector de la economía.
Alirio Pittí, pequeño productor del año, señaló que los tiempos son ásperos, pero con la asistencia correcta se pueden obtener resultados favorables. Se refirió a la amenaza del ácaro en los sembradíos de arroz “Uno de los mayores problemas ha sido el azote de un piojillo que chupa toda la sabia en el arroz, dejando la planta imposibilitada para producir; pero este año lo hemos controlado”, dijo.
Pittí produce también: papaya, piña, guandú, otoe, yuca, en fin cultiva una variedad de rubros dentro de su finca. El labriego, resaltó la importancia de utilizar abonos orgánicos para reducir el impacto de los compuestos químicos que tardan años en desaparecer de la superficie.
Rodrigo Morales, investigador del año, mencionó los reducidos recursos destinados para la investigación en Centroamérica. Resaltó que los logros en materia de investigación son el resultado de la observación y el aprovechamiento de las experiencias de los productores, las cuales, transforman en proyectos de investigación.
Según Morales el financiamiento puede venir de fuentes estatales u organizaciones internacionales.
“El clima es una situación con la que tenemos que lidiar todos los productores del país. Sin embargo estamos trabajando para ser cada día más eficientes”, aseveró Adrián Calzadilla ganador de la categoría macro.
Calzadilla, sostiene que la eficiencia puede lograrse con menos terreno y sin necesidad de incrementar la extensión de la finca o el número de animales. Menciona a la genética como factor indispensable para el mejoramiento del hato y las piaras (lechería y cerdos), rubros en los que destacado.
En la industria láctea, a nivel nacional el promedio diario de una vaca es de 8 litros; no obstante en Sortová, Bugaba, el promedio ronda los 15 litros por animal. El superávit, se debe al manejo y trato que se da al rebaño, situación que podría verse amenazada por el incremento en los insumos (forrajes y cereales).
Sara Pitti y Martin Mitre, en su orden mediana productora del año y el otro extensionista del IDIAP, condecorado con la mencionada categorización.
“Estamos identificados con el productor, para orientarlo en cualquier problema que se les presente”, dijo Berísimo Martínez, director provincial del Mida en Chiriquí.
Se conoció que la actividad innovó, al realizar las premiaciones de manera provincial para luego proceder a la evaluación nacional.
Cabe recordar que se esperó la llegada del Premier de la Carta el ministro Oscar Osorio, sin embargo por cuestiones ajenas, no se presentó. En consecuencia, el acto fue presidido por Aixa Santamaría, Gobernadora de la Provincia.