El recorrido debe iniciar temprano, el puerto de Boca Chica y Pedregal figuran entre los puntos de partida o retorno, estrictas medidas de seguridad ordenadas por los boteros; son las que deben seguir los tripulantes para el avistamiento responsable de cetáceos, una nueva aventura en las aguas del Golfo de Chiriquí.
La actividad que poco a poco ha ganado renombre en las islas del pacifico panameño, nace bajo la iniciativa de la Fundación Marviva, organización no gubernamental dedicada a la conservación y uso sostenible de los recursos marino-costeros en Panamá.
Vicente Del Cid, coordinador de proyectos de esa institución, asegura que para el avistamiento responsable de cetáceos existe una línea estratégica, dirigida a mercados sostenibles, basada en el entrenamiento a personal comunitario donde se promueve la marca, en el caso de Chiriquí dos boteros han tenido la dicha de ingresar al proyecto, pero antes debieron prepararse en aspectos técnicos, normativos, manejo de clientes y seguridad, para brindar un servicio de calidad en la zona.
En el pacífico panameño según destaca Del Cid, el avistamiento responsable de cetáceos comienza aproximadamente en el mes de junio, cuando las ballenas y delfines visitan las aguas panameñas desde una distancia que comprende más de 8 mil kilómetros en busca de un clima tropical para la reproducción y alumbramiento de sus crías, pasado ese proceso; su retorno o migración se da en el mes de octubre, y después que ya han alimentado y fortalecido la nueva especie, inician su viaje hacia el polo sur.
A pesar que en Panamá existe una práctica responsable de avistamiento de cetáceos, el coordinador del proyecto expresó que se hace urgente brindar mayor información a la comunidad, sobre en todo en aspectos de distancia, cuando se da la aglomeración de embarcaciones que se ubican en los sitios al momento de la observación.
Para observar ballenas en el Golfo de Chiriquí, se debe guardar una distancia próxima de 250 metros, media hora es el tiempo recomendable pero si alguno de los mamíferos tiene crías pequeñas se deberá reducir el tiempo a 15 minutos, si hay más de dos lanchas en ese lapso, las demás deberán esperar que las primeras cumplan con el periodo de observación, ya que de seguirse esa regla el comportamiento de los cetáceos no será alterado, garantizando su visita a las aguas panameñas todos los años.
En la provincia de Chiriquí dos boteros ofrecen los servicios para el avistamiento responsable de cetáceos, según ellos cada día son más los mamíferos que se evidencian en la zona, aspecto positivo que pone a la región chiricana como un sitio apto para que las ballenas se reproduzcan y puedan tener sus crías, a pesar de esas ventajas; voces de la fundación Marviva reconocen que se debe fortalecer los monitoreos, para determinar cuáles son los mejores sitios para la observación, en el Golfo de Chiriquí.