El Informe de David se trasladó hasta el distrito de Bugaba. A escasos 40 minutos de la carretera Panamericana, entramos al corregimiento de Santa Rosa, y luego llegamos a la comunidad de Las Mercedes. Allí ubicamos la humilde vivienda de María Félix Espinosa, una mujer de 55 años de edad, madre de 14 hijos, de los cuales 4 viven con ella, junto a 4 nietos y el esposo.
La deteriorada estructura de madera y piso de tierra, presenta grietas en el techo que dejan entrar las gotas de lluvia, afectando a los inquilinos y sus pertenencias. “Mi sueño es tener una casa nueva, pues llevo más de 30 años viviendo en estas circunstancias y sin esperanzas de darle a mi familia una vida mejor”, manifestó la sumisa mujer.
Precisamente, mientras María Félix nos contaba su historia, observamos que lentamente, se asomaba a la puerta de la cocina, un rostro desaliñado, de mirada triste y profunda, pero con una leve sonrisa dibujada en los labios.
Su lento andar y movimientos involuntarios, poco a poco le permitieron colocarse firme, bajo el marco de la puerta de la cocina. “Esta es, Dermida Adonai Castillo”, – expresó la madre-, presentándonos a su hija especial. Dermida tiene 26 años de edad y padece de deficiencia mental moderada, y locomoción limitada.
La madre contó que Dermida no recibe atención médica tal cual lo amerita su condición de salud, “aquí recibimos la Red de Oportunidades, pero ese recurso, no es suficiente para salir con frecuencia al Centro de Salud”, dijo la angustiada madre.
Explicó que es muy difícil salir de casa a buscar otro tipo de ayuda para su hija, por la distancia y sobre todo, por la pésima condición del camino. “Solo la llevo al Centro de Salud de Santa Rosa cuando presenta síntomas fuertes de alguna enfermedad”, aseguró Espinosa.
En cuanto a los nietos, María Félix dijo que éstos son menores de edad y que asisten a la Escuela de Camarón Arriba. “Demoran una hora caminado para llegar a la escuela”, advirtió la señora. También detalló que recorren largas distancias para poder abastecerse de alimentos, que su esposo es jornalero, por lo cual, en muchas ocasiones se queda sin trabajo y sin ingresos.
“La vida en el campo y en medio de la pobreza es sumamente difícil, no tenemos camas apropiadas, escasean los alimentos, el vestido, entre otras cosas “, reiteró María Félix. También solicitó al presidente de la República, Ricardo Martinelli, le ayude a culminar la casa que se ha iniciado con un techo otorgado por Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (MIVIOT), construcción que ha quedado a medias, pues no tiene el resto de los materiales. Esa pequeña ayuda fue canalizada por la representante del área, Anadelis Gómez, del corregimiento de Santa Rosa.